Ed Frauenheim – Director de Investigación y Contenido Great Place to Work® Institute
La innovación es lo más importante para los ejecutivos de hoy. Pero el término ha evolucionado en los últimos años, adquiriendo un nuevo significado, ya que se ha adaptado al ritmo de los negocios en medio de un comercio cada vez más global, rápidos cambios tecnológicos y una masiva consolidación e interrupciones del mercado. La innovación ahora tiene tanto que ver con la agilidad como con la invención.
Los líderes empresariales necesitan más velocidad cuando se trata de cambiar los sistemas internos, lanzar nuevos productos antes que los competidores y responder a los desafíos y oportunidades del mercado. Deben gestionar las demandas duales de prepararse para el futuro de su negocio y, al mismo tiempo, optimizar las operaciones actuales. Esto puede significar hacer malabarismos con múltiples modelos de negocios simultáneamente. Y la importancia de la inventiva ágil no se limita a Silicon Valley. Prácticamente todas las industrias se enfrentan a retos de transformación digital. Piense en la forma en que el negocio de comestibles, una vez estable, se ha visto afectado por el impulso de Amazon a la entrega de alimentos frescos, su adquisición de Whole Foods Markets y la llegada de varios jugadores de “kits de comida”.
Pero los líderes se han visto obstaculizados por la sabiduría convencional en torno a la innovación que, según nuestra investigación, pierde un componente clave. Las estrategias de innovación corporativa de los últimos 10 o 15 años han estado dominadas por equipos de I + D aislados, con el hackathon ocasional y el buzón de sugerencias requerido.
Algunos líderes empresariales han reconocido cada vez más que deben fomentar la colaboración multifuncional y las conexiones con socios fuera de los muros de sus organizaciones. Pero más recientemente, la conversación en torno a la innovación ha estado dominada por discusiones sobre nuevas tecnologías, como inteligencia artificial, herramientas de cadena de bloques y la automatización de clases de trabajo completas. Esa narrativa se ha centrado en parte en la importancia de algunas habilidades clave, pero en su mayoría se ha centrado en la estrategia y la infraestructura tecnológica.
Ha habido un elemento crucial que falta en esta conversación sobre la era digital emergente: la pieza de la gente. Muchos líderes de hoy no logran aprovechar su potencial humano, lo que, paradójicamente, ha aumentado a medida que las máquinas se han vuelto más importantes para los negocios. Armados con un acceso sin precedentes a información y conocimientos de datos, los colaboradores de hoy tienen más poder analítico y creativo que nunca. Los rasgos humanos como la pasión, la integridad y la voluntad de colaborar también son cada vez más importantes para el éxito del cliente. Además, el juicio humano es vital para cumplir la promesa de las nuevas tecnologías de esta era.
El límite es que los esfuerzos tradicionales de arriba hacia abajo, y los programas de “empoderamiento” a medias, son demasiado lentos para el ritmo de los negocios de hoy.
John Chambers, el ex presidente ejecutivo y CEO de Cisco, señaló en la Cumbre Great Place to Work For All que la cantidad de dispositivos conectados a Internet aumentará de 17 mil millones en 2017 a 500 mil millones en 2027. Eso significa que las empresas tendrán que dar sentido a cantidades de datos sin precedentes. Y se atrasarán si esperan que los altos ejecutivos aprendan sobre los problemas y tomen decisiones. “Va a recibir información de su empresa de una forma que nunca antes se había imaginado”, dice Chambers. “Las decisiones se tomarán mucho más abajo en la organización a un ritmo rápido”.
Sin embargo, una minoría de empresas confía plenamente o aprovecha el ingenio de su gente. De hecho, cuando se les pregunta sobre sus mayores desafíos con la innovación, muchos líderes dicen que su propia gente es el mayor obstáculo para mejorar la invención y la agilidad. En una conferencia reciente sobre innovación, algunos ejecutivos incluso declararon que “la gran mayoría de las personas no quieren cambiar” y “el ritmo es muy difícil para que las personas se ajusten”.
La nueva investigación de Great Place to Work® convierte este pensamiento convencional en su cabeza y revela que la participación de cada colaborador dentro de una organización es la clave para una mayor innovación. En un estudio de 792 empresas en una amplia gama de industrias y aproximadamente 500,000 colaboradores, encontramos que las organizaciones en las que todos participan en la generación de nuevas ideas, productos y servicios aceleran a sus rivales y se ajustan rápidamente a las cambiantes condiciones del mercado.
Estas empresas líderes practican lo que llamamos Innovación para Todos. Innovation By All maximiza el potencial humano de una empresa al aprovechar la inteligencia, las habilidades y la pasión de todos en la organización. Las empresas que construyen una cultura de Innovación para Todos generan más ideas de alta calidad, se dan cuenta de una mayor velocidad en la implementación y logran una mayor agilidad, lo que resulta en 5,5 veces el crecimiento de ingresos de sus pares con un enfoque menos inclusivo de la innovación.Central a esa aceleración son los colaboradores de primera línea. Nuestra investigación muestra qué en las organizaciones más rápidas y ágiles, hay casi 11 contribuyentes individuales que impulsan a la compañía a avanzar en innovación por cada dos que actúan como un obstáculo para el crecimiento y la agilidad.